El Tai Chi es aplicable a nuestra vida cotidiana, ya que al practicarlo buscamos la armonía y el equilibrio tanto en nuestro plano físico como emocional.
A través de la práctica del Tai Chi conseguimos conocernos mejor y nos ayuda a relacionarnos de manera más eficiente con nuestro entorno, dado que mejoramos en el control de nuestro cuerpo y mente.
El Tai-Chi trabaja y desarrolla el Chi (energía interna), mejorando nuestra calidad de vida en muchos aspectos.
En las clases de Tai Chi conseguimos una profunda relajación, una meditación en movimiento que conecta el cuerpo y la mente a nuestro entorno a través de movimientos circulares y continuos, realizados con todo el cuerpo como una unidad. Mediante esta profunda relajación, el cuerpo se beneficia naturalmente logrando una mayor flexibilidad, armonía, mejora en la circulación del torrente sanguíneo y aumentando la agilidad.
Desde un punto de vista terapéutico, el Tai-Chi busca prevenir la enfermedad, aumentando y manteniendo nuestras defensas del cuerpo y reforzando la energía interna (Chi).
El Tai-Chi, en el aspecto físico, nos aporta beneficios en el sistema circulatorio, respiratorio y nervioso. Mejorando nuestras funciones del sistema digestivo y endocrino, y potenciando nuestra energía interna (Chi) que estimula a su vez el sistema inmunológico. Se flexibilizan las articulaciones y se mantienen en forma los huesos, porque los movimientos son circulares, relajados y encadenados, tonificando los músculos y consiguiendo ligamentos más elásticos.
Otros de los beneficios del Tai Chi, los encontramos en el plano emocional, ayudando a prevenir y mejorar estados de insomnio, angustia, ansiedad o depresión.
Las clases de Defensa Personal tienen como fin el aprovechamiento de las virtudes de cada alumna para aplicarlas en técnicas marciales, para protegernos ante una situación de riesgo real o potencial ante uno o varios atacantes y de distintos tipos de agresiones.
Mis clases de Defensa Personal en Madrid son especialmente para mujeres y alcanzan su mayor efectividad ayudando a alumnas que por peso y/o altura, su fuerza física no es su virtud. Este es el fin básico de la Defensa Personal: Que el débil pueda defenderse del fuerte.
Estas técnicas tienen su fundamento en el conocimiento de las características de nuestro propio cuerpo y en el del contrario, no usando nuestra fuerza contra la del oponente, sino utilizando nuestra habilidad, relajación y enfocando nuestra energía hacia los puntos vitales del atacante.
Las clases de Defensa Personal tienen su raíz en diferentes técnicas marciales que dan prioridad a la relajación contra la fuerza, siendo necesario el conocimiento de la defensa adecuada para repeler diferentes tipos de ataques.
